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El recebo para césped es un material orgánico, mezcla de turba, arena sílice y mantillo que se aplica al césped para mejorar su crecimiento, asegurarse de que el suelo esté húmedo y nutrido y también para aumentar su resistencia a la sequía y a los insectos. El mantillo es un producto de origen vegetal – generalmente hecho de ramas y hojas de árboles.
El recebo para césped se usa para mejorar la estructura del suelo, aportar nutrientes y humedad al césped, para evitar la compactación del suelo y para aumentar la resistencia a la sequía y a los insectos. Esto ayuda a mantener un césped saludable y vigoroso. El recebo también se usa para prevenir la pérdida de nutrientes y humedad debido a la evaporación y para aportar una cantidad óptima de materia orgánica al suelo.
El recebo para césped se aplica al césped para mejorar su crecimiento y resistencia a la sequía y a los insectos. Se debe aplicar una capa de aproximadamente 2-3 cm de profundidad de recebo al césped, para que los nutrientes y humedad se distribuyan uniformemente. Después de aplicar el recebo, se debe rastrillar suavemente para distribuirlo uniformemente.
El uso del recebo para césped tiene muchas ventajas, entre ellas la mejora de la estructura del suelo, el aporte de nutrientes y humedad al césped, la prevención de la compactación del suelo, la resistencia al calor y a la sequía, y una cantidad óptima de materia orgánica al suelo.
La cantidad de recebo que se debe utilizar por metro cuadrado de césped puede variar dependiendo de varios factores, como la calidad del suelo existente, el tipo de césped que se va a sembrar, el clima y las condiciones locales.
En general, se recomienda aplicar una capa de recebo de alrededor de 3-5 cm de espesor sobre el suelo existente antes de sembrar el césped. Esto equivale a alrededor de 30-50 litros de recebo por metro cuadrado.
Es importante recordar que el exceso de recebo puede ser perjudicial para el césped, ya que puede obstruir la absorción de agua y nutrientes, y crear un ambiente propicio para el crecimiento de hongos y otras enfermedades. Por lo tanto, recomendamos echar 30 litros o incluso algo menos por m2.